Andrea Fernández trabaja su obra con papel. Este enunciado, de tan sintético, es sumamente avaro. El papel no es para ella un simple soporte donde se ponen cosas o imágenes. Andrea tiene la sensibilidad aguda de observar sus posibilidades formales, táctiles y hasta olfativas con las que logra extraerle la ductilidad necesaria para sumergirse en un diálogo a través del cual ambos hablan de sí mismos armoniosamente.